El Ayuntamiento, a través de la Concejalía de Patrimonio Histórico-Artístico, amplía el Centro de Interpretación de Lucena con 77 piezas vinculadas a la ciudad

El Ayuntamiento, a través de la Concejalía de Patrimonio Histórico-Artístico, amplía el Centro de Interpretación de Lucena con 77 piezas vinculadas a la ciudad

La conocida como Sala de la Chimenea del Palacio de los Condes de Santa Ana, una de las estancias con más solera del palacete barroco que la familia Mora-Saavedra levantó a mediados del siglo XVIII en la actual calle San Pedro, luce desde ayer 77 nuevas piezas, muchas de ellas inéditas, vinculadas a la historia de Lucena.

La apertura al público de este salón amplía hasta los 497 metros cuadrados los espacios tematizados y expositivos del Centro de Interpretación de la Ciudad de Lucena, contenido esencial de este edificio histórico declarado Bien de Interés Cultural (BIC) que también acoge la Oficina Municipal de Turismo y que ayer vestía sus mejores galas para dar la bienvenida a este nuevo contenido procedente fundamentalmente de los fondos propios del museo, pero también de cesiones de piezas rituales del rabino melillense, Yamin Bittan Benzaquen. 

Presidido por el alcalde, Juan Pérez, y el presidente de la Diputación de Córdoba, Antonio Ruiz, el acto de inauguración sirvió para que medio centenar de personas pudieran desvelar algunos de los secretos que ahora ven la luz en estos espacios municipales, adaptados al Plan Museológico del Centro con contenidos y soportes financiados por la institución provincial, a través del Programa de Concertación y Empleo 2019, con un presupuesto de 17.900 euros coordinado por la Concejalía de Patrimonio Histórico-Artístico, con la edil Mamen Beato al frente.

La sala 11, rotulada como ‘Creencias de un pueblo’, contiene alrededor de unas 60 piezas y bienes patrimoniales, reproducciones tiflológicas de piezas, maquetas y video, que nos acercan a las creencias religiosas de Lucena a través del inexorable paso del tiempo y el cambio de las culturas. La vida después de la vida, la comunicación con los dioses o Dios, las supersticiones, el poder y la religión, o el origen del cristianismo en la ciudad, entre otros, son algunas de las ideas tratadas en este espacio a través de piezas, textos, imágenes o videos. 

Por su parte, la sala ‘Lucena… Eliossana’ (sala 12) se presenta como dedicada a la Perla de Sefarad, no solo a través de bellas piezas rituales cedidas por el rabino Yamin Bittan de Melilla, sino también a través de los restos aportados de la propia necrópolis judía. Su discurso museístico se centra en tres ejes fundamentales: la vida y la muerte en Lucena judía, la escuela talmúdica y, por último, el florecimiento de la literatura sacra y profana a través de los tres grandes rabinos de Lucena en el siglo XI: Ben Gayyat, Al Fasi y Ben Megas.  

Video infográfico, maquetas, reproducciones tiflológicas o imágenes de los documentos encontrados en las Genizas de El Cairo, alusivos a Lucena, se unirán a las más de 17 piezas expuestas procedentes de Israel, Melilla, o la propia ciudad, para mostrar lo que supuso Lucena dentro de la cultura hebraica y de toda Europa Medieval en el siglo XI. Destacan, por ejemplo, fragmentos de la Torá, monedas de los guetos polacos y sobre todo la lápida original, hallada in situ, en la necrópolis judía lucentina el año 2007 y expuesta al público por primera vez. Además, se han seleccionado nueve documentos privados redactados por judíos de al-Andalus y conservados en El Cairo y cuyas reproducciones han sido cedidas por la Universidad de Cambridge.

La visita a las nuevas estancias se completó con la ponencia “Una senda hebrea entre legajos y huellas que piden luz”, a cargo de la investigadora Rosa López Moreno. La música del coro Elí Hoshaná puso el broche, desde la majestuosa escalera barroca, con sus versiones sefardíes para una velada repleta de menciones al pasado colectivo de la ciudad de las tres culturas. 

Juan Pérez describió el proyecto como la suma en el tiempo de una sucesión de “intenso trabajo que arrancó con la excavación de la necrópolis judía” en el que han participado concejales como José Cantizani o Manuel Lara, “un hombre que tenía grandes sueños”, en palabras de Antonio Ruiz, que citó la ampliación de este museo lucentino como ejemplo de la participación de la Diputación de Córdoba en el desarrollo de iniciativas que ayudan a buscar nuevos horizontes económicos desde la cultura y el turismo.